Volví,
por que el vacío al irme fue demasiado,
por que la vida pasó y me dí cuenta que al haberme ido me dejé a mi mis afuera.
Volví porque me dolía el silencio de una pluma que no usada y mi alma ya no podía más con el espacio vacío de una hija en blanco.
Volví.
Tal vez a un espacio dónde entre tips de cocina y las cosas que hacer o no hacer en un viaje, pesan más que un poema o un escrito. Quién sabe. Pero volví, porque me he prometido que esta vez la vida pasará sin mi afuera, sino adentro, sucediendo, causando movimiento amando perturbar, amando amar, amando vivir.
Y si de algo sirven las lagrimas de emoción que ahora ruedan en mis mejillas y las dudas y miedos que tengo en mi cabeza, son para saber que estoy viva. Y que por fin volví.