No hay un ajedrez en esta mesa, no puede existir un juego donde no hay un dialogo.
Terminó este encuentro donde se quiso tener un intento de amistad y no eres tú, ni soy yo.
Ninguno de los dos necesita tiempo, no tenemos que pedirle al otro un espacio, uno de lo dos se dio cuenta primero que el otro simplemente no estaba ahí y se fue.
No sirve para nada dar abrazos de plástico y pronunciar palabras de papel higiénico con las que luego uno se limpia cada sin sabor de la cara.
Sé que no lo entiendes; pero tal vez en otra vida donde yo fuera más viento que un extraña mezcla entre fuego y marea hubiéramos podido hablar.
Este mes de vientos no te cojo la mano mientras sopla la brisa solo te suelto
te dejo volar.