No lloras,
te maquillas,
no renuncias, aprendes,
no eres una diosa ni un titan,
pero tu fuerza no reside
en tu especie, sino en tu esencia.
Fuerte y débil al mismo tiempo,
natural.
Nadie lo sabe,
pero quieres ser querida y querer,
pues sientes, sientes mucho,
y si lloras, si sangras,
si te cansas.
Las palabras si te duelen,
las noches si te pesan,
maravillosa eres sin saberlo,
y al aceptar tu humanidad
te vueles inmortal.
Gracias mujer, por existir.